domingo, 3 de febrero de 2013

Capítulo 3. El seguimiento de la noticia (Parker)

            El ruido que provocan todos los empleados en la redacción va a hacer que me estalle la cabeza. La noticia del nuevo crimen ha hecho que todo el mundo se ponga a trabajar buscando información sobre el crimen: si hay algún sospechoso, qué pruebas se han encontrado, quiénes están trabajando la investigación… Todo eso, junto a la botella de whisky que me bebí anoche no ayuda a que pueda hacer que este dolor mengüe, así que me levanto para cerrar las cortinas y que así entre menos luz.

            Justo cuando estoy de espaldas a la puerta, ésta se abre y antes de que esa persona hable sé de quién se trata. El olor a perfume de imitación y el ruido de los tacones sobre el suelo de madera la delatan.

            - Buenos días Katherine. Supongo que me traes algo relacionado con el crimen, como todos. – Me doy la vuelta y la miro de arriba a abajo. Viste una falda gris de tubo que le llega hasta las rodillas y una blusa blanca, que deja entrever una parte de lo que más de una vez he soñado con ver y tocar. Cuando le miro a la cara sus ojos me cautivan como cada vez que la miro. Apenas me fijo en que lleva la melena rubia recogida en un moño, o en la tersura de su piel; esos enormes ojos azules hipnotizan a cualquiera. Por un momento me olvido de por qué está allí. - ¿Qué traes?

            - Buenos días Gordon. Traigo un par de fotos del inspector Dusk junto a un desconocido, entrando en la comisaría. – Por como habla, no se ha dado cuenta de cómo la miraba. O simplemente me ignora. – Mira. Las ha tomado un fotógrafo amigo mío esta mañana sobre las diez y cuarto.

            Me coloca tres fotos sobre la mesa y me acerco a mirarlas. En la primera foto aparece un hombre joven, de unos treinta años, delgado y con el pelo engominado hacia atrás, que viste unos vaqueros y un polo. Lo más llamativo son las gafas de pasta que lleva, hace años que ya no se llevan. En otra foto se le ve a él junto con alguien a quien sí conozco: el inspector Oliver Dusk. Como siempre, sale con su expresión hosca y con el siempre presente cigarrillo en la mano. En esta foto se puede apreciar la diferencia entre ambos hombres. Mientras Dusk es bastante grande y fornido, el desconocido es por lo menos una cabeza más bajo y mucho menos robusto. La tercera foto los muestra a ambos entrando en la comisaría.

            - ¿Qué te parecen jefe? – Me pregunta Katherine, mientras se inclina sobre la mesa deleitándome con una gran vista.

            - Están bastante bien. – Realmente ni yo sé sobre qué estoy opinando. – Las quiero en la edición de mañana. Y quiero que te pongas a investigar sobre el otro hombre. Quiero saberlo todo: nombre, edad, trabajo, dónde vive, si tiene perro, si se lleva bien con sus vecinos… Todo lo que pueda servir para saber si es un sospechoso o un testigo.

            - No creo que sea un testigo. Estuve anoche en la escena del crimen desde que llegó la policía y no recuerdo que ningún agente hablará de algún testigo, ni tampoco vi a nadie.

            - Entonces, ¿estás diciendo que crees que es el sospechoso?

            - No. Solamente digo lo que vi. De todas formas no deberíamos precipitarnos. Llamaré a mi contacto en la policía e intentaré que me cuente todo lo que sepa sobre este tipo.

            - Está bien. Ve y haz tus llamadas. Tengo mucho trabajo que hacer.

            - Vale. Hasta luego jefe. – Dice mientras se marcha cerrando la puerta tras ella. El olor de su perfume se queda durante un rato en el despacho, hasta que resulta empalagoso. Cojo el teléfono y marco un número al que ya he llamado muchas veces.

            - Hola. Buenos días. Soy Gordon Parker. ¿Podría hablar con Alex King?

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